lunes, 28 de marzo de 2016

Automalevolencia entrópica

26 de marzo




Vivo entre piedras,
su forma se me parece.
¿Yo soy una piedra,
un juguete en la tumba de un niño,
una medalla ennegrecida?
Soy más bien un espejo gastado,
una superficie que no refleja,
un rostro impar,
un día que termina.
Habitante de la Nada, Susana Thénon



Todo tiende al caos. Y yo también.

Me siento abatida por el run-run del viento, por el sinfín de palabras huecas. Había sido impertinente dejarme vencer por ellas, malnutrida, malolienta. Siento que lo que salió jamás volverá a entrar, a no ser que nazca de nuevo. La pureza, la decencia, la honra. Como el humo de un cigarro, que se escapa en contra de la gravedad, como el vapor del agua de mi cuerpo, como tu sudor. Sólo tú sabes qué escondo, todo lo que niego por dejar de ser. Sólo tú sabes a lo que renuncio por las dudas de un pasado que no llega, de un futuro que ya fue. El silencio, el estruendoso silencio. Me socorre para dejarme en evidencia delante de todos tus cráneos. Ese silencio que rompo para cuestionarme delante de una taza de té, si soy realmente la del reflejo del líquido. Esa imagen jamás la veré fuera de mí, esa eterna desconocida parece ser alguien de carne y hueso. Yo soy intangible, el espíritu que vuela en sueños atormentados, en pesadillas interminables. Soy miles de cabezas ahuyentadas por el perro de tu macabra mansión. Tú sabes quién soy, pero te callas. Me temes detrás del espejo, ni siquiera me miras. Insisto y me giras la mirada. Sólo tú eres capaz de encerrarme en ti, en tu carne y en tus huesos, para ahorcarme y llevarme a la tumba.  
Soy ambivalencia cíclica, arco-iris acreciente, témpano errante entre mi mente y mi alma.
Me hablo, pero no me escucho.





BALTHASAR KLOSSOWSKI DE LA ROLA


Danna Merchán